17-02-2012
Las consecuencias ambientales, los daños a la población y las pérdidas cuantificadas en dólares del derrame de petróleo ocurrido en Maturín, estado Monagas, deben ser evaluados con la sensatez del caso y en todas sus dimensiones, debido a que se está afectando el principal río de la zona, el ecosistema, las siembras y los habitantes que ahora soportan la falta de agua.
Fernando Morales, profesor del departamento de Procesos y Sistemas de la USB, quien trabaja en el Laboratorio de Desechos Tóxicos de la Unidad de Gestión Ambiental, advierte sobre la forma cómo se está tratando de limpiar el río Guarapiche después del derrame ocurrido en la madrugada del sábado 4 de febrero, debido a la fisura de una tubería de crudo ubicada en las afueras del Complejo Operacional Jusepín.
Morales explica que en las gráficas de los medios de comunicación se aprecia a grupos de personas sin protección personal ubicando barreras frente a la corriente del río para tratar de detener el crudo que corre por las aguas. “Este no es el producto de la aplicación de algún plan de contingencia. En estos casos no se puede improvisar, ni dejar la tarea en manos de inexpertos; las barreras deben ubicarse de tal manera de no oponerse al caudal en la dirección del río, y en los sitios previstos con anterioridad para cuando ocurran estos derrames”.
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